miércoles, 14 de diciembre de 2016

Camioneros Cachondos. Huasco - La Serena, Región de Atacama, Chile

9 Diciembre. Viernes. Un Agujero en los Pantalones.

Campamento en la fachada de un restaurante o posada de la Ruta 5


Atrás dejamos de nuevo el susurro del mar para introducirnos en las veleidades del desierto de Atacama con el viento del NW de cola. Recorremos el verde valle del Huasco sembrado de olivos y viñedos. Me lleno de la humedad de la frondosa vegetación y dejo que el color verde sature mis retinas, después de semanas respirando ocres y marrones en el altiplano boliviano, la puna y el Desierto de Atacama.


Un camión haciéndome la raya del pelo, como siempre...
Pese al encantador entorno, el tráfico abundante y la estrechísima carretera me mantienen en vilo durante horas. Algunos camiones en sentido contrario se nos echan literalmente encima intentando adelantar a gran velocidad al vehículo que les precede, sin espacio suficiente, con la esperanza de completar la misma distancia que les lleva a Caldera en el mismo tiempo que gastarían si fueran por la Ruta 5 y ahorrando 30.000 pesos en peajes. "Ezo es un buen almuerzo", espeta un día un joven camionero entre risas al pie de la vía costera Caldera-Huasco, la C-324. Osea, vamos a ver si te entiendo, un buen almuerzo tuyo valen las vidas de miles de personas cada año en las carreteras chilenas? Sí.... jajaja... me encanta tu sentido del humor.... jajajaja

Siento el miedo apretando mi pecho y el pánico que provoca el ruido ensordecedor de los motores de vehículos pesados rozando mis alforjas. Llegamos prácticamente en estado de shock a Huasco al caer la tarde. 


Los bomberos de Vallenar ya han acogido a decenas de ciclistas


Chile, especialmente el norte, es carísimo y probamos suerte en los bomberos de Vallenar, que al principio se resisten un poco pero después nos abren las puertas y nos hacen sentir como en casa. Nos alojan en las estancias para las guardias femeninas que quedan enteramente a nuestra disposición por casualidad. 


Menos mal que los bomberos siempre están ahí para ayudarnos

Ese día los bomberos celebran tres nuevas incorporaciones en el piso de arriba con la presencia de todas las autoridades, por lo que, cansadas como perras, tenemos que saludar a todo plantel de uniformados que conversan en el patio y responder a todas sus preguntas, oliendo a queso roquefort, con el pelo como un cactus, la piel marrón de la mierda que llevamos y un agujero en los pantalones en mi caso. 


El Cuerpo de Bomberos de Vallenar se compone únicamente de voluntarios


El comandante me pide que, por favor, grabe el evento para mi próximo vídeo y, con más ganas de meterme en la ducha que otra cosa, preparo mi cámara y subo a cubrir el acto de investidura con el rabo entre las piernas. No puedo evitar que se me vayan los ojos a la mesa con platos de canapés variados, mini bocadillos y aperitivos de frutas que esperan a los comensales en la entrada del salón de actos. Cada vez que paso por ahí mi estómago ruge como un león hambriento que acaba de ver pasar a una gacela.

Por la noche no pegamos ojo porque el baile se celebra junto en el patio junto a nuestra habitación y dura hasta las cuatro de la mañana, que es más o menos la hora a la que nos levantamos, a las 5.30 hs, para cruzar el Desierto de Atacama sin el viento en contra. Ces´t la vie...


Estancias femeninas del Cuerpo de Bomberos de Vallenar



10 Diciembre. Sábado. Camioneros Cachondos. Huasco - Km 40.


Iniciamos el día a las 7.00 am con cuestas pronunciadas que no terminan hasta las 11.00 horas. Por entonces el calor es infernal y mis fuerzas están agotadas. Vemos una marquesina de parada de autobús junto a la Ruta 5 y le pido a Maria que descansemos un poco. El ratito se convierte en 3 horas tiradas a la sombra leyendo y comiendo galletas con chocolate. Total, hoy tenemos el viento a favor, que más da si esquivamos un poco el calor y seguimos pedaleando más tarde. A las 3.00 de la tarde continuamos la marcha y cuando completamos la gran pendiente que separa Vallenar de Viscahitas el viento rola y se nos mete de frente. Ahora sí que la fastidiamos, le digo a la letona. 


Descansando a la sombra de una marquesina solitaria en medio del desierto


Dos horas después, el viento es tan fuerte que no podemos seguir y debemos pararnos en una posada para descansar. Le pedimos a los propietarios permiso y acampamos junto a la puerta de entrada del restaurante, a la vista de los camioneros cachondos que entran por docenas hasta que cierra el negocio a las diez de la noche. 


Posada de camino a La Serena con camión aparcado casi encima porque el conductor cree que conduce una moto


Hartas del constante acoso, nos encerramos a las 7.00 pm en nuestras respectivas tiendas de campaña hasta el día siguiente. Tampoco duermo esa noche debido al ruido de camiones estacionando y los conductores gritando en el parking. ¡Dios mío, dame paciencia para afrontar todo esto lo mejor posible!


11 de Diciembre, Domingo. Cumpleaños de Marika


Amanecemos a las 4.00 de la mañana. Recogemos el campamento oyendo los ronquidos de los camioneros pernoctando en sus camiones, a pocos centímetros de nuestras tiendas de campaña. Tienen todo el parking para ellos y casi aparcan sobre nosotras. Son gente muy especial que percibe la vida de otra manera. Simplemente, meando en todas las esquinas, botando la basura en la cuneta, acosando a las mujeres y adelantando a dos centímetros de nuestra estampa sin problema. Algunos no duermen lo necesario y se quedan dormidos al volante, por lo que rezamos cada día para que nada nos ocurra en esta Ruta 5.



 Menos mal que a partir de Vallenar gozamos de dos carriles por sentido con amplios arcenes. Ahora avanzamos menos angustiadas y podemos disfrutamos más del camino, que tampoco es para tirar cohetes cuando la vía se mete en medio del desierto. Creo que estoy llegando al límite de mi desesperación. 

Mientras empaquetamos las cosas, a la luz de la linterna, enciendo una velita con encaje de ganchillo que me ha regalado una bombera en Vallenar. "Los hago yo en mis ratos libres", me dice. "Así combato la depresión". Pongo la velita en una galletita y le canto a los cuatro vientos cumpleaños feliz a la letona en medio de la noche. Los camioneros dejan de roncar y los perros empiezan a ladrar pero me da igual. Lo importante es que a la letona se le saltan las lágrimas. 


Somos sombras que pedalean contra viento y calor... con una sola mera: nuestros sueños

El resto del día Marika permanece en silencio la mayor parte del camino. Pese a sus esfuerzos por disimularlo, sus ojos revelan quebranto y melancolía. Me entristece no poder hacer nada por mejorar otro día de agonía y sufrimiento en el desierto el día de su compleaños. Tengo ganas de comprarle una tarta y regalarle una cena, pero no hay sino sol y piedras en esta parte del mundo que un día fue agua llena de vida y hoy es el infierno con cuestas kilométricas y hermosos paisajes en el resplandor del alba. 


 "Locas del Desierto" en Peligro


Antes de coronar Pajonales se pinchan las ruedas de Queso Crema y Susan Sarandon, casi simultáneamente. Cosas del destino. El caso es que no corre el aire y nos asamos como dos pollos reparando los pinchazos. Cuando estamos a punto de coronar la cima, oímos un enredo de loros tricahues alrededor del único árbol que preside una granja. 


El loro Tricahue habita en el Desierto de Atacama y no está en peligro de extinción por tener sed sino por la codicia del ser humano

Chillan como vetustas ventanas abriéndose de par en par y vuelan en bandadas llamando la atención con su espectacular colorido. Este loro existe sólo entre las regiones de Atacama y Coquimbo y subsiste, no sé cómo, en pleno desierto. Es la primera vez que veo un loro en un territorio arenoso.


Loros tricahues dispuestos a no dejarnos dormir la siesta... no lo consiguen!


 El contraste es brutal. Del cotidiano marrón de Atacama pasamos a las tonalidades verde, amarillo, naranja y azul; el silencio sepulcral del erial se quiebra jocosamente con la gritería incansable de una bandada de locas. Desgraciadamente las locas del desierto están hoy en peligro de extinción debido al mercado negro y a la pérdida de hábitat. 

A media tarde llegamos a Incahuasi, zona donde estos loros mantienen una pequeña comunidad. Allí compramos una fantástica botella de vino chileno de uva merlot y bajo un árbol con más loros celebramos el cumpleaños de mi gran compañera de viajes. Brindamos a la salud de las pájaras que ya hemos bautizado Las Locas en Peligro de Extinción... como nosotras... :D


Celebrando que Marika cumple 31 años en las carreteras del mundo con el mejor vino del Planeta


Nos quedamos dormidas junto a las tiendas de campaña, cuando el calor aprieta tanto que el silencio se impone y ni los loros se atreven a conquistar los escasos árboles junto a la vieja estación de tren. 


Acampadas bajo unos árboles de loros desquiciados en Incahuasi

Lunes 12 de Diciembre. Visita Nocturna. Incahuasi- La Serena. 


Cuando el sol hace ademán de despedirse, nos despierta una bandada de locas en lo alto del árbol más deshojado del pequeño bosquecillo que nos aloja. "Parece haber una pelea allá arriba", inquiero mientras las dos intentamos reponernos de una de las siestas más profundas de mi vida. 

Por la noche cocinamos cebolla frita con una pizca de azúcar con huevos revueltos y tortillas mexicanas. "Bocato di Cardenale", diría mi padre. 



Y cuando casi hemos acabado de cenar noto la presencia de un insecto de dimensiones considerables bajo la cocina de petroleo de Marika. Dirijo el haz de mi linterna frontal Energizer hacia el visitante y advierto que es una cucaracha! 


Desayuno con velita en el cumpleaños de Marika

"Ay ay ay qué asco por Dios....!!!" Y cuando nos damos cuenta estamos rodeadas de un regimiento de cucarachas que se dirigen sin tapujos hacia nuestro enclave y yo comienzo a tirarles piedras y ellas que no se van, y las que se van vuelven, y ya me empiezo a poner nerviosa, y cada vez hay más cucarachas por todos lados y ay mi madre pero qué coño hago yo aquí si podía estar en Maspalomas, Gran Canaria, España, tomando el sol y bebiéndome una Tropical carajo!!! Y de un salto me encierro en la tienda de campaña y le digo a la letona que no pienso salir hasta que salga el sol y que paso de todo hasta que estas hijas de puta se vayan de una vez. 


Primera cucaracha aterrizando en el departamento de alimentación del campamento en Incahuasi


Por la noche oigo ruidos de patitas intentando entrar en mi tienda que he cerrado a cal y canto y me despierto iluminando la tienda con la linterna para ver si estas cabronas han entrado. Pero gracias a Dios estoy a salvo en mi Coleman Go barata y, a partir de media noche, me quedo profundamente dormida hasta la madrugada que oigo la lluvia y no saben cuánto me alegro oir el agua caer sobre la tienda. Me imagino las cucarachas con chaleco salvavidas intentando sobrevivir arroyo abajo. Por lo menos se limpia el campamento, pienso. Vuelvo a quedarme profundamente dormida, ahora más tranquila. 


Martes 13 de Diciembre


Al día siguiente comenzamos la jornada tan tarde que, media hora después de estrenar el asfalto, el viento se empeña en sabotearnos el día. Sólo hacemos cuarenta kilómetros y dormimos junto a otro restaurante menos frecuentado y menos ruidoso. La dueña nos permite acampar en un pequeño jardín lleno de basura pero, por lo menos, vallado. Lo limpiamos y, poco después de levantar el campamento, dormimos como troncos. 

La alarma suena a las 4.00 am y hasta las 5.00 no logramos levantarnos. Cada día que pasa nos cuesta más madrugar del cansancio que tenemos acumulado. Desayunamos unas empanadas de queso chilenas que hemos comprado ayer por 1.43 US$ C/U y, cuando vamos a salir, Marika reseña: "Tienes un pinchazo".


Comienza el Rock and Roll !!

A las 8.00 am estamos bajando la famosa Cuesta de Buenos Aires como dos rayos, librándonos de los también famosos vientos cruzados que se dan en la zona,  peligrosísimos para el ciclista, a partir de las 10.00 am.  A las 10.00 de la mañana ya hemos cubierto más del 50% del trayecto hasta La Serena y la parte más complicada del mismo, debido a las pendientes muy ascendentes antes y después de la Cuesta de Buenos Aires y al tráfico abundante.  El otro 50% del camino lo hacemos con viento casi de cola, por casualidad,  y con la motivación de haber completado con éxito por fin otra ruta por el desierto durmiendo donde nos pilla la noche. 


Cuesta de Buenos Aires... si te descuidas te lleva la Buena Brisa...







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